miércoles, 4 de junio de 2014

La felicidad de poder llamarte


Parte de mi trabajo es estar conectada siempre al Facebook, Twitter y páginas de noticias. En estos suelo encontrar notas curiosas o videos interesantes que publico en el medio en el que trabajo. Sin embargo, esta vez he decidido colgar este spot de Coca-Cola aquí.

Dentro del flujo de mi muro en Facebook,  vi que una amiga había compartido este video publicado por Pekengpedia. La descripción que esta web hace de este material es típica y descriptiva. Habla sobre cómo Coca Cola decidió llevar felicidad a unos trabajadores en los Emiratos Árabes Unidos. Hasta ahí, la noticia no tiene nada de sorprendente. Sin embargo, sí lo es.

Resulta que cientos de trabajadores migrantes del sur asiático llegan diariamente a Dubai buscando un mejor futuro para sus familias. Ellos ganan 6 dólares al día, pero comunicarse con sus esposas e hijos les cuesta casi un dólares, razón por la cual no logran tener el contacto que ellos quisieran con sus seres queridos.

Todo esto se supo gracias a un documental llamado "Shadows", producido por por los estudiantes de último año de especialización TV de Departamento de Medios y Comunicación, Universidad Manipal de Dubai.

Al parecer, al conocer estas historias, los marketeros de Coca Cola decidieron armar un teléfono que funcionara con chapitas de esta gaseosa, lo colocaron en las zonas donde estos trabajadores viven y les alegraron la vida no solo a ellos sino a sus familiares. Sea cual sea la intención de este BTL, es interesante ver como pequeñas ideas pueden cambiarle la vida a las personas y, por supuesto, es una excusa para conocer un documental que nos muestra una realidad lejana para muchos.

martes, 22 de abril de 2014

Kathrine Switzer: La primera mujer que corrió la Maratón de Boston



Hay historias que nacen porque se decide luchar a favor o en contra de algo, ídolos que nacen porque eligieron que querían conseguir una meta, pero hay otros que nacen sin siquiera quererlo.
Kathrine Switzer, una estadounidense que hizo historia a los 19 años sin proponérselo. ¿Cómo? Siendo la primera mujer que corrió la Maratón de Bostón en 1967, cuando era considerado un deporte solo para hombres. Pero no te adelantes, ella no lo hizo porque quiso demostrar algo, solo lo hizo porque ella quería correr su primera maratón y punto. Esta es su historia, la cual he recogido de su página oficial.
Todo comenzó en diciembre de 1996 mientras Kathrine entrenaba con Arnie Briggs –su entonces coach de 50 años que había corrido 15 veces la Maratón de Bostón-. En ese entonces, ella era una chica de 19 años, estudiante de periodismo en la Universidad de Syracuse en Nueva York. En esa época no existían los equipos de corredoras mujeres, así que practicaba extraoficialmente con el equipo de cross-country de hombres.
Mientras entrenaban, Arnie solía contarle historias a Kathrine sobre Boston. Entonces, en un momento, ella decidió que quería dejar de escuchar las historias y correr ella misma esa competencia.
"Ninguna mujer puede correr el maratón de Boston", respondió Arnie. ¡Pero ella ya llevaba corriendo 16 kilómetros en la noche! ¿Por qué no podría correr la maratón? La distancia era muy larga para las mujeres, pero ella le recordó que Roberta Gibb había saltado dentro de la maratón –sin número ni inscripción- y había terminado el recorrido.
Frente a esta respuesta Arnie respondió que ninguna mujer había logrado correr la maratón, pero que si existía una que pudiera hacerlo sería ella, pero antes tenía que probarlo.
Si lograba correr la distancia en el entrenamiento, entonces el mismo Arnie la llevaría. Así, el sueño dejó de ser solo una alucinación y comenzó a ser una realidad. De pronto, tres semanas después ya estaba corriendo 50 kilómetros. Arnie aceptó llevarla a Boston, pero antes debía inscribirse, no querían tener ningún problema con la Unión Atlética Amateur.
Revisaron el reglamento, completaron el formulario, pagaron 3 dólares en efectivo y ella firmó como siempre lo hacía –y hace- “KV Switzer".
La Maratón de Boston se realizó el miércoles 19 de abril de 1967 como parte de la celebración del Día de los Patriotas en Massachusetts.
Ella, Arnie, su novio universitario Tom y John Leonard –miembro del equipo de cross-country de hombres- se embarcaron el día anterior rumbo a Boston. Hasta este momento Kathrine no tenía idea que iba a marcar historia, solo se encontraba emocionada por la importancia de la Maratón y porque al fin correría su primera carrera.
A las 9 de la mañana del miércoles, todos se levantaron y comieron como reyes. Arnie había dado la indicación de que necesitarían mucho combustible para resistir los 50 kilómetros de la competencia. Luego regresaron a las habitaciones para alistarse. El evento comenzaría al medio día.
Llegaron a Hopkinton High School. Había nevado. Arnie entró donde estaban los organizadores y salió con los dorsales que tenían un número para cada uno. Se los colocaron. Alzaron la mirada y vieron sus nombres en las listas de salida. Ella tenía el número 261. Ese año participaron 741 corredores.
Empezaron a calentar. Los corredores pasaban por su costado y los miraban. Uno de ellos regresó y le preguntó:
"¡Hey! ¿Vas a ir todo el camino? Dios, ¡que es genial ver a una chica aquí! ¿Me puedes dar algunos consejos para que mi esposa también corra? A ella le gusta correr, pero si logro convencerla para que lo haga en la maratón ¡sería genial!”
Llegaron al punto de partida. Había una multitud de corredores. A su alrededor los hombres estaban contentos de tener a una mujer participando. Ella trató de pasar desapercibida.
De pronto la hora había llegado. Después de meses de entrenamiento estaban a punto de comenzar.
Normalmente los primeros kilómetros de una carrera así son divertidos. Todo es sencillo. El ruido de la multitud es emocionante, todos conversan y son amables. Al fin de cuentas, ese es el momento para disfrutarlo, luego el camino siempre se vuelve más duro.
Luego de tan solo 6 kilómetros, se escucharon bocinas y alguien gritando: “¡corredores, muévanse a la derecha!”. Era el autobús de prensa. En la parte posterior los camarógrafos se peleaban para obtener la mejor toma. De repente, el camión se colocó justo frente a ellos –Kathrine, Arnie, Tom y John-. Los fotógrafos estaban muy emocionados por ver a una mujer en la carrera.
Hasta ese momento todo había sido perfecto. Pero, de pronto, un hombre con abrigo y sombrero de fieltro pasó junto a ellos señalándola. Ella no logró descifrar qué quiso decir, así que estiró la mano para saludar y este la sujeto. Su equipo tuvo que tirar de él para que la soltara.
Poco después escuchó el chirrido de zapatos de cuero acercarse rápidamente detrás de ella. Era un sonido extraño y alarmante. Volteó y vio a un hombre grande, que la sujetó del hombro y tiró para atrás gritando: “¡Fuera de mi carrera y me dame esos números!". El hombre trató de quitarle el dorsal a la fuerza. Entonces apareció Arnie. “¡Déjala en paz, Jock! ¡Yo la he entrenado, ella está bien, déjala en paz!", a lo que el hombre respondió gritando: “¡No te metas en esto, Arnie!”, y lo empujó.

Las cámaras captaron todo el forcejeo. Entonces Tom, que portaba la sudadera naranja de Syracuse, lo golpeó. El hombre cayó en el asfalto como una bolsa de ropa sucia. Se escucharon gritos y maldiciones.Todo estaba fuera de control.
En esos momentos ella sentía miedo, humillación y rabia. Y, como si fuera poco, los periodistas no dejaban de acosarla y Tom, con lo furioso que estaba, le echó la culpa de lo sucedido y aceleró el paso.
De pronto, sin darse cuenta, ya se encontraban a mitad del camino. En ese momento Arnie dijo: “comenzó la carrera”. La mente de Kathrine comenzó a perderse en sus pensamientos al recordar lo sucedido, al darse cuenta que no la habían tomado en serio.
Con ampollas en los arcos de los pies a punto de estallar y, consciente del dolor que eso implicaría, preguntó: “Arnie, ¿cuándo llegamos a Heartbreak Hill?". Arnie miró asombrado y respondió: “¡Ya lo hemos pasado hace mucho tiempo!”.
Arnie estaba sonriendo y sacudiendo la cabeza. "¡Tienes que ser la única persona que no sabe que pasó por encima de Heartbreak Hill!", le dijo.
Al llegar a la avenida Commonwealth en Beacon Street , alguien desde afuera gritó: "¡Solo falta 1 kilómetro y medio!”. Cuando Arnie corría, el final era siempre en Exeter Street, por lo que les dijo que no hicieran caso, que aún faltaban 5 kilómetros. Sin embargo, al llegar a la esquina de Boylston, pendiente abajo, estaba dibujada la línea de meta. ¡Habían terminado! ¡Habían llegado juntos a la meta, sin caminar un solo segundo! ¡Lo habían logrado!

Kathrine, Arnie y John se demoraron 4 horas y 20 minutos en llegar a la meta ese día.
De regreso a casa entraron a una cafetería. Había un hombre leyendo el periódico. Kathrine se abalanzó sobre él y le pidió el periódico prestado. Él se lo regaló. ¡No podían creerlo! Página tras página, todo era sobre una chica corriendo, siendo atacada, salvada por el novio, desaliñada pero feliz con los calcetines ensangrentados al final de la carrera.

Los chicos estaban en el cielo, para ellos esta sería una anécdota digna de contar. Pero para ella, para ella era mucho más. Sabía que sin proponérselo había logrado algo grande, había logrado que se tomara en serio a las mujeres en las maratones.
Desde entonces ha corrido 8 veces la Maratón de Boston, 4 veces la Maratón de Nueva York –la cual ganó en una ocasión, convirtiéndose en la única mujer en ganar esa competencia hasta ahora- y es la tercera mujer más rápida en Estados Unidos y la sexta en el mundo.
Para leer su historia completa ingresa a la página oficial de KathrineSwitzer.
Otros datos
El Día de los Patriotas conmomera a los jóvenes que lucharon contra los británicos en la primera batalla de la Revolución Americana.
La Maratón de Boston se fundó en 1897, cuando los atletas que compitieron en los Juegos Olímpicos de Atenas regresaron de Grecia con la información sobre un nuevo evento, nunca antes visto, la maratón.